La culpa es la sensación profunda en tus entrañas de haber hecho algo malo. Es una emoción, una sensación física en tu cuerpo. Es probable que tú te sientas culpable especialmente cuando has hecho algo que ha dañado a alguien más. El daño, o perjuicio, puede ser físico, emocional o espiritual. La culpa incluye la ansiedad, el remordimiento (“Soy una persona mala por haber hecho lo que hice”), y algunas veces la sensación de haberle robado algo a alguien aunque de hecho tu no hayas robado nada. Frecuentemente, como adultos, toma un cierto tiempo para darnos cuenta de que la sensación desagradable que sentimos es el sentimiento de culpa.
Los niños en cambio tienen conciencia plena de la sensación de culpa. Es una experiencia que tú puedes recordar claramente muchos años después. Haz esto: Trae a la mente la memoria de una ocasión cuando eras pequeña y no aceptaste la responsabilidad por haber hecho algo que lastimo, y otro niño (a) fue castigado en vez de ti. Trata de recordar los sentimientos que tenias, como te sentiste al ver que el otro niño, quizá tu hermano o hermana, era castigado por tu falta de buen comportamiento. O, recuerda alguna ocasión cuando caíste en una mentira. Al recordar esto, mantente atenta de los sentimientos que vengan a tu mente y a tu cuerpo. ¿Son parecidos estos sentimientos a los que has venido sintiendo desde el aborto?
Al crecer aprendemos a evadir en parte el dolor que nos deja el sentimiento de culpa. Racionalizamos, e intelectualizamos nuestro comportamiento. Estas son dos maneras en que nostras mismas nos protegemos y defendemos de emociones que resultan ser muy dolorosas de sentir. Cuando intelectualizas te mantienes distanciada de tus sentimientos. Estas solamente pensando en el aborto pero no sintiendo ninguna emoción sobre ello. Como todo tipo de defensas, esto sucede inconscientemente. Puede que también te encuentres a ti misma haciendo esto conscientemente. Al momento en que un sentimiento surge dentro de ti, puede que te digas a ti misma, “No, no tengo porque lidiar con eso ahora. Tengo que ocuparme con alguna otra cosa.” Cuando racionalizas, encuentras explicación a todo tu comportamiento. Puede incluso que después de lo hecho, justifiques tu comportamiento con excusas para hacerte sentir mejor. Puede que solo lo pienses, o es posible lo platiques con alguien. No hay nada de malo en recordar las razones por las cuales tuviste que tener el aborto. Es problemático solamente cuando te encuentras inconscientemente racionalizando como una manera de no sentir las emociones dolorosas del aborto.
No estoy tratando de decir que toda aquella mujer que haya tenido un aborto y te platica sobre las razones del aborto cae en la racionalización o intelectualización. La mayoría de las mujeres que tienen un aborto no se sienten plagadas por la culpa, y por ende pueden recordar el aborto sin sentirse abrumadas con sentimientos dolorosos. Puede que sepas que te sientes culpable del aborto, o que al leer esto estés pensando “¿No creo sentirme culpable, pero será que estoy intelectualizando o racionalizando la experiencia?
Lee el ejercicio de visualización guidada que ves en el párrafo posterior o pídele a una amiga(o) que lo lea para ti. Si es que lo estas grabando, deja pausas de más o menos cinco segundos en los espacios donde se sugiere por los puntos (…..) en el ejercicio de tal manera que te des tiempo para seguir las instrucciones. Haciendo este ejercicio puede ayudarte a encontrar sentimientos escondidos, o puede ayudarte a reconocer que no estás intelectualizando o racionalizando tus sentimientos a manera de alejarte de ni siquiera un poco de culpa. Puede ser que la visualización guiada se les facilite a algunas personas. Para otras es cuestión de práctica. Si este ejercicio resulta difícil para ti, inténtalo nuevamente tan seguido como gustes y mira si se te hace más fácil. No todas las personas pueden visualizar, y algunas sienten ansiedad al momento de empezar a relajarse. No hay nada malo contigo si es que encuentras el ejercicio muy difícil o imposible de hacerlo.
EJERCICIO
Cierra tus ojos y relaja tu cuerpo colocándote en una posición cómoda…fija tu atención en los lugares de tu cuerpo donde normalmente cargas tensión…tu frente, alrededor de los ojos…tu mandíbula. Asegúrate de que tu lengua no se quede pegada al tronco de tu boca. Solo deja que tu lengua se relaje y descanse fácilmente en tu boca. Nota la parte de atrás de tu cuello y tus hombros. Si hay tensión, toma un respiro y al exhalar deja que toda la tensión caiga de tu cuello y hombros. Nota la parte posterior de tu espalda y tu pecho, dejándolos relajarse al espirar y aspirar…Pon tu atención en tus brazos y tus manos. Siente donde rozan el contorno de la silla, o el fondo y déjalos que se ablanden y derritan en la silla…Nota la parte baja de tu espalda y tu vientre y deja que tu respiración esfume cualquier opresión. Nota tus caderas…tus sentaderas y tu pelvis…aspira y espira y deja que esas partes de tu cuerpo se relajen. Pon atención a sus ingles y su parte exterior y siente donde hacen contacto con la silla o el piso…Realmente deja esos músculos grandes suavizarse, aflojarse y relajar. Deja que tus rodillas y espinillas se suavicen y tus pies relajar. Siente todo tu cuerpo haciéndose más suave y más relajado y disuélvete…Disuélvete en tu cuerpo hasta que este esté muy suave y relajado…Ahora pon atención a tu respiración.
Aspira y deja que tu vientre se eleve…Espira y deja que tu vientre se contraiga…Si ves que solo tu pecho sube y baja cuando respiras, no estás tomando suficiente aire. Coloca tu mano derecha sobre tu ombligo y aspira de tal manera que tu estomago se eleve y sin que tu pecho se mueva mucho. Esta es una manera de respirar completamente, de modo que tomes suficiente oxigeno con cada respiro. Es una manera más relajada de respirar una vez que te acostumbras a hacerlo. Respira de esta manera por todo un minuto.
Deja que tus pensamientos floten y se alejen con cada aspiración…Ahora imagínate parada en la parte posterior de unas escaleras. Mira las escaleras, los peldaños, el pasamano. ¿De qué están hechos? ¿Están hechos de madera, metal? ¿De qué color son? ¿Qué tal esta la iluminación donde estas? ¿De dónde proviene la luz? ¿Estás al aire libre o adentro? ¿Hay luz u oscuridad? Pon tu mano el pasamano y siente en tu imaginación como se siente bajo tu mano. ¿Es áspero o lizo?... ¿frio o tibio? En seguida, con cada espiro imagínate descendiendo un escalón. Has una cuenta regresiva de diez al uno mientras desciendes los escalones. Aspira y espira…diez…aspira y espira…nueve…ocho…siete…seis…cinco…cuatro…tres…dos…uno…
Ahora mira alrededor y ve donde estas. Nota la puerta. ¿De qué está hecha?... ¿De qué color es?...Toca la puerta y siéntela bajo tu mano. ¿Cómo se ve la superficie? Localiza la manija de la puerta… ¿Cuál es la sensación que te da al tocarla? Esta es la puerta a un lugar muy protegido. Existe verdadera seguridad detrás de esta puerta. Ahora nota como te sientes al momento que te dispones a abrir esta puerta y entrar en este lugar tan seguro. Abre la puerta, pasa para adentro, al entrar cierra la puerta y permanece quieta…Mira alrededor y nota lo que hay ahí…Al principio puede que parezca nebuloso y nublado. Aunque puede que no. Solamente tomate tu tiempo y nota lo que hay ahí.
¿Estás adentro o al aire libre? ¿Está claro u oscuro? ¿Qué es lo que hay a tu alrededor? Si es que está nublado, tomate tu tiempo y ve si hay un lugar alrededor que llame tu atención. Camina alrededor de este lugar y nota lo que hay ahí. ¿Hay muebles?... ¿Si es que es al aire libre, estas en un prado o un riachuelo?...Pon solamente tu atención a lo que ahí se encuentra. Para por un momento y siente el aire de este lugar en tu cara… ¿Es cálido o frio, húmedo o seco?...Aspira profundamente y huele este lugar de suma seguridad. ¿A que es que huele?... Después, encuentra un lugar donde te puedas sentar cómodamente. Ponte verdaderamente cómoda en este lugar… Si el estar envuelta te hace sentir cómoda y calientita, busca una cobija en ese lugar tan seguro y tapate con la cobija. Encuentra en este lugar cualquier cosa que te haga sentir cómoda y segura y tenlo a mano al sentarte. Relájate y pon tu atención en tu respiración, el vaivén de tu estomago y entones, imagina que un “ser” viene hacia a ti en este lugar de paz y seguridad. Este ser es sabio e inteligente, bondadoso y caritativo… Cual fuese la forma que toma este ser, está ahí para protegerte, cuidarte, y ayudarte a entenderte a ti misma. Cuando te hayas acostumbrado a este ser, conversa con el (ella). Háblale y dile: “Yo he tenido un aborto.” Permite que este ser te haga preguntas tales como, “¿Cómo te sientes acerca del aborto? O ¿Qué sensaciones notas en tu cuerpo cuando recuerdas el aborto?
Realmente permítete a ti misma considerar las preguntas de este ser. Trata de no pensar las preguntas de dicho ser o tus respuestas, deja que surjan en ti mientras sentada en este lugar tan seguro callas, aspiras y espiras con plenitud y facilidad. Dale las respuestas al ser conforme te das cuenta de ellas en el momento pleno… Permite que ese ser te haga otras preguntas que te ayudaran a entenderte a ti misma con más claridad, tales como, “¿Sientes que has lastimado a alguien? “¿Cómo los has lastimado? Si no surge en ti el sentimiento de haber lastimado a alguien, nota el sentimiento que si surja. No trates de manifestar sentimientos de haber lastimado a alguien si es no aparecen ahí para ti. Prolonga la conversación a la medida a medida que te parezca apropiado…… Cuando termines, dale gracias al ser y despídete de una manera que a ti te parezca apropiada…Antes de dejar ese lugar de seguridad, mira a tu alrededor y recuerda que puedes regresara a este lugar en cualquier momento que tu desees…..Abre la puerta, sal afuera y ciérralo al salir. Sube la escalera. Con cada aspiración y espiración de tu respiro, cuenta y da un paso.
Uno…..dos……tres……cuatro……cinco……seis……siete……ocho……nueve……diez. Cuando estés lista, abre tus ojos.
¿Qué tal te pareció este ejercicio? ¿Pudiste ver claramente el espacio de seguridad? ¿Qué tan fácil se te hizo imaginar ese ser tan sabio y generoso? ¿Pudiste dejar que las preguntas surgieran de tu adentro, o sentiste que las inventaste o estabas forzando ciertas respuestas?
¿Bueno, que fue lo que aprendiste en tu lugar seguro? ¿Sientes que has lastimado a alguien? Aunque no percibas que hayas lastimado a alguien, de todos modos lee lo que resta del capítulo para ver si algo de lo que se dice en el te llega a tocar de manera inesperada. Tan interesantes y complicados somos todos que una idea o sentimiento puede ser el camino hacia un bosque de emociones y creencias las cuales ni siquiera sabíamos que teníamos.
SENTIR QUE TÚ HAS LASTIMADO EL BEBE
Si descubriste durante el ejercicio que lastimaste a alguien, ¿Quién es ese alguien? ¿Acaso ese alguien es el bebe? ¿Tienes la creencia de que tu le causaste dolor al bebe o lo hiciste sentir miedo y confusión? ¿Crees que lastimaste al bebe de una manera espiritual?
Si es que estas son las cosas sobre las cuales te estás sintiendo culpable, es de suma importancia que tengas acceso a los hechos/datos objetivos acerca de lo que el bebe puede o no puede experimentar dentro del útero. Las organizaciones que se oponen al aborto les dicen a las mujeres que un bebe siente dolor y sufre emocionalmente durante un aborto. Esto simple y sencillamente no es verdadero. El bebe no puede experimentar molestias antes de aproximadamente 26 semanas a partir de la fecha en que quedaste embarazada porque las vías nerviosas cerebrales que llevan mensajes al cerebro del feto no se han terminado de formar.[1] Las emociones no son más que nombres que aprendimos a dar a las sensaciones del cuerpo. Puesto que las vías nerviosas cerebrales que llevan las sensaciones al cerebro no se forman hasta el último trimestre del embarazo, no hay sensación del cuerpo que se traduzca como emoción y por ende no hay dolor emocional que el feto pueda sentir. Además de que, el aprender a nombrar las experiencias físicas con el nombre de emociones se da en los primeros tres anos de la vida de un pequeño. Simple y sencillamente no es físicamente posible que el bebe siente dolores físicos o emociones.
Aun el saber los hechos verídicos sobre el dolor físico y emocional puede que no te ayude inmediatamente a sentirte menos culpable por haber lastimado a tu bebe. Puede que te quedes preguntándote a quien creerle sobre todo esto. Puede que sea importante para ti ver los datos de las investigaciones por ti misma para poder decidir cual serie de datos creer.[2] Si aun el investigar la fuente de datos no es de ayuda en el alivio de tu sentido de culpa por haberle causado a tu bebe daño físico o emocional, necesitaras de trabajar en el perdón y expiación. Estas áreas de saneamiento se presentan en esta capitulo y en el capitulo Diez, La Auto-indulgencia, La Expiación y El Ritual. Aun cuando crees algo a nivel intelectual (por ejemplo que el feto no pudo haber sentido dolor), lo que es real para ti es tu sentimiento de haber hecho daño. Es así como funcionan los seres humanos; algunas veces solamente podemos responder a la parte no-racional de nosotros mismos. La auto-indulgencia, los rituales y la expiación tocan nuestra parte no-racional y podemos encontrar saneamiento sin tener que encontrarle el sentido intelectual de nuestra situación.
DAÑO ESPIRITUAL AL BEBE
El daño spiritual a tu bebe es un tema completamente diferente. A diferencia del daño físico y emocional, en los cuales la ciencia puede aportar dados claros sobre el hecho de que el bebe no sufre, el daño espiritual es entendido de manera diferente por varias tradiciones espirituales. Aun más confuso, puede que tu pastor o sacerdote piense de una manera sobre el aborto y que el sacerdote en la próxima parroquia tenga algo enteramente diferente que decir sobre el tema aun perteneciendo a la misma fe. Aun mas importante, puede que tu tengas tus propias ideas y sentimientos sobre el impacto espiritual del aborto en el bebe; puede ser que nunca hayas pensado conscientemente de esto antes. Pudiese ser que sea este el tema que surgió en la conversación con el ser sabio durante el ejercicio de visualización guiada. Puede que los sentimientos de nivel espiritual te sorprendan especialmente si es que tú no eres una persona religiosa.
El personal de la clínica estaba en remolineo. Ellos querían que hablara con una mujer quien estaba ahí para practicarse un aborto y quien quería llevarse los productos derivados de la concepción (el feto) con ella cuando dejara la clínica en la tarde. Esto no solía suceder con frecuencia en la clínica donde me daba de voluntaria, y es así que el personal se sentía abrumado y desprevenido. El personal no llegaba a entender lo que la mujer estaba pensando o sintiendo y tenían temor de preguntar.
En cambio Jill se veía calmada y serena. Ella había tenido un aborto en la misma clínica aproximadamente cuatro años antes. Durante ese tiempo a petición de ella le habían entregado el feto y junto con su novio había ido a la montana y lo había enterrado al pie de un bello árbol. Esto le había facilitado el despedirse del bebe y le había hecho sentir que había hecho lo mejor que pudo espiritualmente para el bebe que tanto quería, pero que por esos tiempos no podía tener. Una vez mas estaba en esa situación y quería llevar a cabo el mismo ritual para mitigar la culpa que sentía por no haber usado los contraceptivos perfectamente, y el tener que quitarle la vida su bebe. Era una forma poderosa para ella de salvaguardar el espíritu del babe y darle una morada de paz y belleza para siempre.
Jill no era religiosa en el sentido común de la palabra. No se identificaba con ninguna de las religiones principales aunque probablemente había sido criada en un hogar de denominación Cristiana. Ella era alguien cuyo sentido propio de espiritualidad se fundamentaba en la naturaleza, y en el ser y sentirse parte de un “todo” superior. El darle entierro al feto era para ella una manera de ayudar su bebe a ser parte de ese “todo” nuevamente. En esta ocasión no pudimos dejar que Jill se llevase el feto debido a que las leyes para el manejo de fluidos corporales han cambiado debido a las preocupaciones por infección del VIH. Lleve a Jill el producto de la concepción para que pudiera que se despidiera y determinamos que si lo quería ella, podríamos nosotros liberemos los restos a una mortuoria la cual a su vez podría entregárselos a ella.
Jill no se sorprendió por la naturaleza spiritual de sus sentimientos, sin embargo muchas mujeres que no son religiosas se sorprenden completamente con el poder que el aborto tiene para llegar directo a los anhelos de orden espiritual olvidados o desconocidos. Si este tipo de sentimientos te sorprende, esta es solo otra oportunidad más para conocerte a ti misma mejor. Que interesante que no te dabas cuenta que tu personalidad tiene un aspecto espiritual. ¿Porque es que esa parte de ti ha estado dentro de ti hasta ahora? ¿Es la espiritualidad vista en tu familia como algo anticuado o tonto, o algo por qué avergonzarse? ¿La religión de tu niñez fue represiva y rígida? ¿Le diste la espalda a tu vida spiritual por completo para escapar del dolor penoso? Es aquí que la culpabilidad de una herida espiritual que sienten algunas mujeres encaja: es la culpabilidad por haber ignorado la parte espiritual/ética/moral de tu propia personalidad. Es el haberte herido a ti misma espiritualmente. Cubriré mas del tema de la herida spiritual en el Capitulo siete, Herida Espiritual.
EL HABERTE LASTIMADO TÚ MISMA FÍSICAMENTE
Puede que sientas culpabilidad por haberte lastimado tú misma físicamente. Si crees que el hecho de haber tenido un aborto puede crear dificultades para tener un bebe en el futuro, puede que sientas que te has lastimado tu misma al mismo tiempo de que te estás sintiendo simple y sencillamente temerosa. Reitero, si es que has oído que el aborto pone en riesgo tus posibilidades de quedar embarazada, te han mal encaminado. Veinte años de datos de investigación demuestran claramente que incluso los abortos repetitivos durante el primer trimestre del embarazo no afectan los embarazos en el futuro de ninguna manera.[3] El sentimiento de culpabilidad por haberte causado daño a ti misma puede estar relacionado a algo diferente.
Sara vino a verme aproximadamente tres meses después de tener un aborto en las primeras etapas del embarazo. Los sentimientos de culpa y coraje que surgieron dos meses después del aborto la confundían. Me conto la historia de su embarazo; normalmente usaba la espuma espermicida y su novio usaba condones. En esta ocasión ella no uso la espuma espermicida y el condón se rompió.
Sara hablo sobre el proceso que tomo hacia su decisión; ella junto con Tony habían hablado sobre todas las razones por las que no podían tener un bebe en dicho momento. A sus veintiún años, ambos aun se sentían muy jóvenes. A pesar de que Tony tenía dos trabajos no eran económicamente autosuficientes. De hecho, tampoco estaban convencidos de que terminarían casándose una con el otro. Al ser de una familia Católica, Tony sabía desde el principio que no se sentiría conforme con el aborto, pero aun así sentía que era la decisión correcta. Por su lado, Sarah venia de una familia por parte Judía y por parte Unitaria Universal y sentía que estaría conforme con el aborto.
El aborto fue rutinario, y Tony estuvo presente para darle su mano. Puesto que Sarah sea había estado sintiendo bastante mal con los mareos y nauseas del embarazo su sentimiento inicial fue de alivio, sintiéndose mucho mejor inmediatamente después del aborto. Conto que se había sentido triste durante las dos semanas posteriores y sentía que estaba de duelo por la posibilidad de un bebe. Hasta ese punto su historia no tenía mayores acontecimientos.
Como a los dos meses después del aborto, Sarah se empezó a sentir culpable. Le daba por llorar al ver a los bebes y se llenaba de furia al ver los comerciales en contra del aborto en la televisión. Generalmente se sentía deprimida y estaba teniendo dificultades cumpliendo con su trabajo de escuela. Ella estudiaba su último año de carrera en el colegio y estaba en peligro de no poderse graduar.
Hablamos sobre la culpabilidad y como esta se manifestaba físicamente en su cuerpo. Juntas definimos la culpabilidad como el sentimiento desagradable de haber lastimado a alguien. ¿A quién sentía que había lastimado? Sarah sentía pena contármelo. “Sería muy fácil para mí decir que es porque siento que lastime al bebe, cuando en realidad soy yo. Siento que me lastime a mí misma. Me preocupa no poder tener bebes cuando si este lista. Prosiguió a contar que sabía que esto era irracional puesto que había tenido un aborto sin complicaciones y el examen físico después del aborto indicaba que estaba saludable. Aun así, ahí estaba. Sentía que se había causado ella misma un daño permanentemente.
Le pedí que me contara la historia de su familia y donde es que iría con su vida. Su mama había recientemente pasado por una vasectomía doble. E n voz alta pregunte cuando es a su madre le habían diagnosticado el cáncer de la mama. ¡Sus ojos se hicieron enormes; su madre le había dicho sobre la diagnosis de cáncer justo cuando ella empezó a deprimirse! Sarah estableció las muchas conexiones para con al historial ginecológico de su mamá. Su madre tuvo solamente un bebe para posteriormente tener que practicarse la histerectomía cuando Sarah tenía ocho años. La hermana de su mama también había tenido una histerectomía cuando era aun muy joven. Quizá, Sarah se figuro, es que sentía que había perdido su única oportunidad para un bebe y que perdería su útero antes de que jamás pudiese tener otro. Sarah comento sentirse mucho mejor y en eso terminamos la primera sesión.
Sarah trajo consigo a Tony a su próxima cita de tal manera que yo le podía ofrecer apoyo mientras ella le contaba lo que había descubierto hasta ese punto. Él la apoyo, pero también estaba triste por el papel que había jugado en el aborto.
Cuando la vi por la tercera ocasión, Sarah aun se estaba sintiendo triste y culpable. Estaba desanimada porque se había sentido mucho mejor después de las primeras dos sesiones. Se estaba sintiendo triste sobre el desmejoramiento de la salud de su abuela. La abuela era la mama de su padre y había sido siempre la persona que mas la había apoyado y querido en su vida. La abuela había luchado contra el cáncer por anos y por lo general le había ido bien. Justo ahora, Sarah se dio cuenta de que la abuela se veía cansada y vieja. El doctor les había dicho que la abuela no estaba respondiendo tan bien como antes a la quimioterapia. Era claro que Sarah estaba lamentándose y en dolor por su abuela.
Le pregunte que cuando es que se había dando cuenta de que la salud de su abuela empeoraba. En septiembre. Este descubrimiento resulto ser más dramático que el relacionado con el cáncer de su madre. Su mano voló hacia su corazón y quedo boquiabierta. Había quedado embarazada a los pocos días de haber visitado a su abuela. Sus ojos se desbordaron de lágrimas. Cuando pudo hablar dijo, “¡He matado a mi abuela. Que horrible de mí! No se podía sacudir del sentimiento que tenía que con el aborto había provocado la muerte de su abuela.
¡Sarah se sentía culpable de todo! Cualquier cosa que fuese mal con la vida de alguien, Sarah bien podía culparse a sí misma por ello. Había momentos en los cuales lograba entender de manera racional que ella no había lastimado a su abuela, pero era que nuevamente se sentía abrumada con la culpa de haber causado daño. Al indagar más, descubrimos que Sarah se sentía culpable también por los sentimientos de Tony después del aborto, por el cáncer de su madre, y por la depresión y desempleo de su padre. Su sentimiento de culpa no era solamente sobre el haber tenido un aborto, era simple y sencillamente como ella se sentía acerca de todo.
¿Qué es lo que le hacía a Sarah sentirse tan culpable? Conforme hablamos sobre la familia en la que había crecido, todo se vio dolorosamente claro. Sus papas se habían divorciado cuando ella tenía apenas tres anos, y su papa esencialmente la había abandonado. Su madre era una mujer frágil, una abogada ensimismada en sí misma, quien no podía tolerar una expresión de individualidad en Sarah. Cualquier necesidad que Sarah expresaba era recibida con un, “¿Porque es que me estas hacienda esto a mi? ¿Me estas tratando de acabar? Cualquier necesidad de Sarah, normal en la niñez, se convertía en una fuente de culpabilidad por estar tratando de acabar con su madre. También la madre de Sarah era físicamente abusiva. Pegándole, su madre arrinconaba a Sarah en una esquina y le azotaba la cabeza en la pared, mientras tanto le gritaba lo horribles de niña que Sarah era.
¿Cómo es que Sarah podía sentir otra cosa que no fuese culpa? Hemos venido trabajando por más de un año para sanear los efectos del severo abuso, y ahora es más capaz de ver más allá de su culpa, sin embargo aun no desaparece. Sarah se ha esforzado bastante y ha empezado a reconocer la ira intensa que le tiene a ambos de sus padres. Es un esfuerzo lento porque el sentir ira hacia ellos agita el sentido de culpa con el que se auto-castiga, sin embargo está determinada a sanarse a sí misma y crear una vida en la cual pueda ser una mejor madre para sus hijos de lo que sus propios padres no pudieron ser.
Quizá el sentimiento de culpa por haber hecho daño no tiene nada que ver con el bebe o contigo misma. Algunas mujeres sienten bastante culpabilidad por haber lastimado a su pareja de alguna u otra manera. Puede que sientan, o sepan, que sus esposos o novios querían que ellas continuaran el embarazo y que ahora ellos estén sufriendo la pérdida o sintiéndose culpables. Puede incluso que sea algo menos obvio. Incluso si la mujer no le ha dicho a su pareja del embarazo y aborto, puede que ella sienta que ha le ha lastimado espiritualmente o tratado injustamente por haberlo dejado al margen del proceso de tomar su decisión. ¿Recuerdas a Lupe, quien se estaba sintiendo tan culpable por haber herido a su novio que dejo de verlo? Ella nunca le había dicho del aborto. Sus sentimientos de haberle lastimado eran de antaño, sentimientos enterrados que ella tenía por creer que ella había sido la causa del ataque al corazón de su padre cuando era pequeña. Irónicamente, puesto que ella no le había hablado del aborto a su pareja, al final de todo término hiriéndolo al dejarlo sin razón aparente.
Es posible te estés sintiendo culpable por lastimado a tu esposo o tu novio al no haberle hablado sobre el embarazo y que él quería el bebe. Tu decisión de tener el aborto quizá fue basada sabiendo o creyendo que él no se quedaría contigo durante el embarazo o que después el no te apoyaría a ti y al bebe financieramente. Muchas mujeres optan por el aborto porque reconocen que el tener un hijo conlleva una tremenda responsabilidad y compromiso emocional y financiero, y ellas no quieren correr el riesgo de tener que hacerlo solas. No todas las relaciones son solidas, y mujeres con las que he hablado antes de su aborto señalaron la falta de compromiso y seriedad de su pareja como la razón detrás de la decisión de tener un aborto. Aunque sienta haber hecho lo mejor que pudo para su propia persona, y para la relación, una mujer en esta situación puede que aun se sienta culpable por haberle negado a su pareja el hijo que este quería.
Tu decisión puede que bien haya sido basada sabiendo claramente en ti misma que no estabas lista para la difícil tarea de ser madre aun con el apoyo y la presencia de tu pareja. Es difícil de hacer lo que tú sientes es mejor para ti enfrente a los deseos de otra persona. Es probable que las mujeres en mayor medida basen sus decisiones basadas en lo que otras personas importantes en su vida quieren, antes de considerar lo que ellas mismas quieren. Cuando una mujer va en contra de esta tendencia común, se puede sentir culpable y defectuosa.
Si tu pareja apoyo tu decisión de tener un aborto, y posteriormente se sorprendió al encontrarse a si mismo sintiéndose enojado y deprimido o aquejado con lamentaciones, es probable que te sientas culpable. Es posible que tú también te encuentres as ti misma sintiéndote enojada, defraudada y confusa. Así como las mujeres, también los hombres hacen uso del proceso de negación de manera inconsciente para enajenarse de sentimientos dolorosos. El Capitulo Ocho, Algunas Veces los Hombres También Tienen Dificultades con el Aborto, considera más de cerca este tema.
Quizá ate estés sintiendo culpable por haber lastimado a tus padres. Incluso si tus padres no estaban enterados del embarazo, puedes tener sentimientos muy poderosos sobre lo que tus padres pudieron haber pensado y sentido sobre el embarazo y el aborto. Puede ser que sepas que ellos se avergonzarían o escandalizarían de que habías tenido relaciones sexuales, y ni que decir de que hubieses tenido un aborto. Quizá creas que ellos se sentirían lastimados o tristes al saber que has tenido un aborto. El que tengas diez y seis anos, o sesenta y seis; lo que tú piensas sobre el sentir de tus padres sobre el aborto puede tener un gran impacto en ti.
Fran vino a verme y platicar conmigo sobre su embarazo antes de que tuviese el aborto. Habían pasado solamente cinco semanas a partir de su último periodo y sabía que iba a tener un aborto, solo que le preocupaba la culpa que vendría después del aborto.
Fran no tenia pregunta alguna en su mente acerca de tener el aborto. Se sentía avergonzada por el hecho de haber tenido un encuentro sexual casual de una noche y que no había insistido en usar el condón. El hecho de que no tenía una relación con el hombre que la había embarazado era su primera razón para tener un aborto. La segunda razón era que mantenía su vida sexual oculta de sus papas, especialmente de su mama.
El pensar en el aborto no la hacía sentir culpable. Lo que le preocupaba era el sentirse culpable después del aborto. Le pregunte que pensaba sobre lo que la culpa se trataba. Acerca de su madre, dijo. Si su mama se enteraba que estaba embarazada, y mucho menos que estaba activa sexualmente, la haría sentir infinitamente culpable.
Era sorprendente el escuchar a esta mujer de veintinueve anos, inteligente, madura atrapada en lo que creía acerca de lo que pensaría o sentiría su mama. Me entere después de que aun ella vivía en casa con sus padres y se sentía culpable con la idea de irse. Su mama había adoptado un número de chicos y aun tenia niños pequeños en casa. Se esperaba que Fran funcionara como la madre de esos pequeños debido a que su madre estaba inhabilitada físicamente y por la depresión.
Conforme hablamos, se hiso evidente de que el miedo a la culpabilidad que ella pensaba llegaría después era en realidad culpabilidad que sentía en ese momento pero no sobre el aborto. Fran se sentía culpable por querer una vida diferente a la que su mama tenía. El haber quedado embarazada la había hecho pesar seriamente acerca de si algún día desearía tener hijos. Ella siempre presupuso que se embarazaría, pero ahora, enfrentada con la realidad de su propio embarazo, sentía que ya había hecho toda la crianza que podía aguantar y quizá jamás quería tener hijos propios después de todo. Este entendimiento le ayudo a pensar seriamente dejar la casa y establecer su propia vida.
Tal como en el caso de Fran, la culpabilidad que se siente sobre cómo se sentirían los padres acerca del aborto es en realidad una reflexión de otros aspectos de la relación de la mujer con sus padres.
La culpa puede ser una motivación ponderosa para cambiar aspectos que encontramos desagradables en nosotras mismas. La culpa es un sentimiento terrible y ese sentimiento puede hacer que veamos a nuestra vida y comportamiento hacia nosotras mismas y para con los demás más realística y honestamente. Es posible que, al examinar la culpa que sientes posterior al aborto, te has dado cuenta que la manera en que te comportas en tus relaciones con los hombres no te agrada en lo más mínimo. O puede ser que te hayas dado cuenta de que para ti, la vida humana comienza al momento de concebir y que cualquier acto que pone fin a dicha vida es incorrecto. Puedes también reconocer que la manera en que tú y tu pareja usaron el condón te parece irresponsable e hiriente. Puede que tu sentido de culpa te demuestre que sientes que el ser reservada o mentirosa no es algo bueno para ti, y que necesitas hacer un esfuerzo para ser honesta y derecha. Lo que sea que has aprendido de tu sentido de culpa puede ser útil para cambiar algo importante en ti misma de manera que no tengas que sentirte culpable otra vez así como ahora.
Este tipo de cambio puede resultar o muy fácil o muy difícil. Puede que resuelvas jamás tener otro aborto. Parece fácil, pero si aun se te hace difícil usar un método contraceptivo cada vez que tienes relaciones sexuales, es más posible que te embaraces nuevamente y que tengas otro aborto. Hay casos en los que el problema es aparente; no te alcanza el dinero para comprar anticonceptivos, o no tienes como transportarte a la clínica. Algunas veces el problema es más complicado; el diafragma está al alcance cerca de tu cama pero tu pareja se opone a tener relaciones sexuales contigo si te lo pones. O estas tomando la pastilla pero simplemente no te puedes acordar de domarla todos los días. Si estas en una relación abusiva, tienes un gran problema que necesita atención inmediata. El embarazo y aborto son solo síntomas de dicha situación. Si parece que tienes un bloqueo de la memoria en contra del uso de anticonceptivos, puede que otras cuestiones de problemas afectivos inconscientes este operando y necitas atención inmediata en esto también. El hablar con un consejero terapista ayuda con problemas de esta índole. El Capitulo Nueve contiene información sobre como localizar un consejero terapista.
Algunas veces el cambio motivado por la culpa es sobre otros asuntos de más alcance. El aborto y el sentirte que te has lastimado a ti misma, es solo una parte pequeña del panorama. Puede que reconozcas que el rumbo que lleva tu vida no es satisfactorio o placentero. Puede ser que la culpa esté relacionada con malgastar tu potencial de alguna manera y el cambio implique dejar una relación, cambiar tu carrera, o el rol que juegas en tu familia. Puede que este tipo de cambios de vida mayores requieran de gran apoyo y ayuda.
¡Si intentas hacer el cambio que tu culpa demanda y todo transcurre fácil y tranquilo, estas de suerte! Continua con tu buen esfuerzo de convertirte en la expresión mejor posible de ti misma. Si te resuelves a realizar un cambio y no puedes, o se te hace muy dificultoso y no sabes qué dirección tomar, busca ayuda. Para eso es que están los psicoterapeutas y consejeros. El buscar ayuda no es una señal de debilidad o locura; el obtener ayuda indica que estas comprometida lo suficiente contigo misma para hacer lo que sea para lograr ser la persona que quieres ser.
EL CASTIGARSE NO ES NECESARIO
No es necesario que te castiguen por cualquier aspecto del aborto el cual te ha hecho sentir culpable _la culpa es castigo propio. ¿Qué es posible que te hagas a ti misma que se sienta peor que la culpa con la cual luchas ahora? Algunas personas creen que su tradición religiosa exige que sean castigados por haber lastimado a otros a sí mismos. En realidad es que la mayoría de las tradiciones religiosas se mantienen alejadas del castigo y solamente requieren una petición sincera de perdón y un acto razonable de expiación. La expiación es una acción que puedes tomar para ponerte bien con tu propio código de morales, o para ponerte en armonía con dios, o el orden natural de las cosas. La expiación no equivale a castigo.
Si el pedir perdón a la persona que lastimaste y encontrar una acción que ayude a espiar no pareciera ser suficiente para liberarte de tu culpa, tienes que prestar atención de donde es que recogiste tus ideas sobre la culpa, castigo, perdón y expiación. Quizá tuviste unos padres muy criticones e implacables y aprendiste que jamás ninguna cantidad de expiación era suficiente para satisfacerlos. Quizá internalizaste las creencias de tus padres que te criticaban de tal manera que ahora eres tu peor critica. La “internalización” es un proceso inconsciente en el cual tomamos aspectos de las personas que son importantes para nosotras y los hacemos parte de nuestra personalidad. Podemos internalizar partes positivas o negativas de otros. Quizá creciste siendo parte de una iglesia que no enfatizaba el perdón y donde el sacerdote en realidad si amenazaba a los feligreses con el infierno y la condenación. Estas amenazas son temerosas e insoportables para un niño(a), y puede que les tengas mucho temor aun siendo que eventualmente rechazaste la religión de castigo de tu niñez.
EJERCICIO
Has el siguiente ejercicio para el perdón aun si te parece que te estás librando de la situación fácilmente. Intenta de no juzgarte o criticarte a ti misma o al proceso. Este ejercicio se trata de pedir perdón, asumiendo completa responsabilidad de todo lo que razonablemente puedes sobre lo que sea que este causando la culpa sobre el aborto, y pedir perdón. Es importante que al hacer este ejercicio asumas responsabilidad solamente por y de tus acciones y no responsabilizarte de las acciones de otros.
Escribe una carta a la quien se que se la persona por la que sientes culpa de haber lastimado. Quizá es el bebe, tú misma, dios, tu pareja, tus padres, tus hijos, o alguien más. Explica la carta todas las razones que en ese momento tuviste para tomar cada una de las acciones que tomaste. Explica donde es que sientes que cometiste errores y que es lo que harías diferente sabiendo lo que hoy sabes. Es posible que sientas que no cometiste ningún error y que nuevamente harías lo mismo, aun sabiendo que causaría daño. Asume responsabilidad completa de tus acciones, pero ten cuidado de no responsabilizarte de cosas que estaban fuera de tu control.
Cuando hayas terminado con la primera parte de la carta, léela y mira si hay algo que quieres cambiar. Ahora escribe la segunda parte de la carta. Pide perdón por cualquiera que fuese el daño que has causado. Di que sientes mucho lo sucedido con toda la sinceridad y el corazón que puedas. Di que lo sientes mucho de todas las maneras en las que puedas pensar. Prosigue a pedir perdón. Lee la carta nuevamente y has cualquier cambio que te parezca pertinente.
Una vez terminada, guarda la carta aparte por una semana. Cada semana, hasta cuando sea necesario, saca la carta y léela. Trata realmente de sentir los sentimientos que vienen con la responsabilidad, pidiendo disculpas y pidiendo perdón. Cuando hayas terminado la carta, cierra los ojos e imagina que la persona a la que le estas escribiendo te perdona. Toma unos minutos para sentarte silenciosamente y sentir en tu cuerpo como es que se siente el que seas perdonada. Puede que esto sea bastante muy difícil. Quizá que al principio no puedas imaginar que tú puedas encontrar el perdón. Sigue trabajando en esto cada semana hasta cuando sea necesario. Cada semana, has los cambios que consideres necesarios a la carta y guárdala.
Ni siquiera tienes que enviar la carta a la persona para la cual la escribiste. Puede que decidas que si quieres compartir la carta con la persona, o con alguien más si es que la carta es para el bebe o para dios. Tomate tu tiempo para pensar sobre el compartir la carta. Asegúrate de que la expectativa de que la otra persona lea la carta con compasión y entendimiento sea razonable. Si es que tienes una pareja o padres abusivos los cuales tú sabes que te castigaran o usaran la información en la carta para lastimarte de alguna manera, no compartas la carta. No es necesario que compartas la carta para que esta te sea de ayuda en tu saneamiento, es solo una opción que tienes en caso de que sientas que es útil.
La persona de la cual necesitas recibir el perdón es de ti misma. El Capituló Diez, La Auto-indulgencia, Perdón, Expiación y Ritual, se enfoca en el trabajo esencial del perdón a sí mismas.
El remordimiento es un deseo que se tiene de no haber hecho lo que hiciste. El remordimiento es un mundo de fantasía que te permite-de segundos a minutos-creer que no has tenido el aborto. En esos momentos, la culpa, la tristeza, la rabia y otros sentimientos con los que luchas desaparecen y obtienes un alivio emocional o aflicción espiritual. La fantasía va parecida a algo como esto, “Si solo no hubiese tenido el aborto. Tendría siente meses de embarazada-ya se me viera-y quizás mi novio aun seguiría conmigo. Nos estuviéramos poniendo listos para el “baby shower” y pintando un cuarto y alistándolo para el bebe.” Es entonces que la realidad te golpea y te encuentras lamentándote y sintiéndote culpable de nueva vuelta.
El remordimiento es un intento por suavizar el dolor, pero solo prolonga el sufrimiento. Es de mucha ayuda de acercarte y enfrentarte directamente con el remordimiento. Ponte un alto a ti misma tan pronto te encuentres yéndote en tu fantasía. Dite a ti misma algo como esto, “Sin embargo si tuve el aborto, estoy luchando para entender el porqué, y me perdono a mi misma por haber tenido el aborto.” Déjate sentir las emociones que vienen con el reconocer que tú tuviste el aborto en vez de retroceder con otra fantasía o pensamiento que te distraiga.
CONCLUSIÓN
La culpa es la respuesta emocional negativa más común en el aborto. Este capítulo ha recorrido mucho terreno y puede que te sientas un poco abrumada. Lee nuevamente en una semana solo las partes que te parezcan importantes, y has los ejercicios aunque te veas tu misma inclinada a querer saltarlos. La culpa está relacionada muy de cerca con el haberte hecho daño a ti misma, así que lee el Capitulo Siete junto con este capítulo incluso si no eres una persona religiosa; la herida espiritual y la religión no tienen necesariamente nada que ver una con la otra.
Quizá parezca que todo este trabajo no te está ayudando a sentirte mejor. Quizá incluso te está haciendo sentir peor. Cuando empieces a ver de cerca y realísticamente a lo que pasa contigo dentro de ti, es posible que remuevas sentimientos que habías mantenido escondidos de ti miasma. Este es un proceso que toma tiempo y requiere de valentía. Si te sientes muy abrumada, así como que ya no puedes ahondar en tus sentimientos, no quiere decir que seas impaciente y que no seas valerosa. Quizá necesites un poco de ayuda con esta ardua labor. Ve el Capitulo Nueve, Hablando Sobre el Tema, para encontrar ideas sobre dónde empezar la búsqueda de un consejero que te pueda ayudar con el proceso.